Eres este hoy que camina a mi lado
Por la orilla del río
Hoy te daré la sobremesa de la siesta
Cuando todos se adormezcan
Y buscaré contigo los pequeños tesoros
Las piedras de colores
Las semillas.
No habrá otro día
Sino el recuerdo repetido
Como un eco
En la soledad del invierno
Algún mensaje en la agonía de este encuentro
Hoy te daré el secreto
Y la cercanía
El agua tibia de tilas apagadas
Y el rumor de un desparramado ocaso
Entre los pájaros antiguos.
Luego te irás por la ruta de los tiempos
Mientras
la llama del único momento
Se irá extinguiendo.
Y no será la ingratitud ni el vano
Deslizarse del vano acontecer
Será el óxido de la muerte
Que creemos lejana
Pero que anida en los tejidos de la inmanencia.
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